lunes, 13 de octubre de 2008

bendición

Cuando, por un decreto de los poderes supremos
el poeta aparece en el hastío del mundo
horrorizada, su madre y profiriendo blasfemias
crispa sus puños hacia Dios que la compadece.

Ah, por qué no habré parido un nudo de los víperos
en vez de alimentar esta irrisión
¡Oh! Maldita sea la noche de los efímeros placeres
donde mi vientra ha concebido mi condena.

Ya que tú me has elegido entre todas las mujeres
para ser el desprecio de mi triste marido
y que a las llamas, arrojar no puedo
como una carta de amor, este monstruo infame.

Haré recaer tu odio que me abruma
sobre el instrumento maldito te tus perversidades
y tanto toreceré este árbol miserable
que jamás podrán nacer sus infectos retoños.

Y así ella traga la espuma de su odio
y no comprende los designios eternos
y ella misma prepara en el fonndo de la Gehena
las hogueras consagradas a ls crímenes maternales.

Sin embargo, bajo la invisible tutela de un ángel
el hijo desheredado se embriaga de sol
y en todo lo que bebe y en todo lo que come
se asemeje a la ambrosía y al rojo néctar.

Juega con el viento, con la convertida nube
y se embriaga cantando en el via crucis
y el espíritu que le sigue en su peregrinaje
llora de verlo dichoso como un pájaro en los bosques.

Y todos aquellos a los que amar quisiera lo observan [con temor
o bien se enardecen con su quietud
y se esfuerzan en ver quién sabrá extraerle una queja
y se jactan de ser inexorables con él.

En el pan y el vino destinados a su boca
mezclan la ceniza con impuros escupitajos
y con hipocresía arrojan todo cuanto a tocado
y se endiglan de haber puesto sus pies en sus pisadas.

Su mujer va gritando por las plazas públicas:
"Ya que él me ve tan bella para adorarme
deseo el culto de los ídolos antiguos
Y como ellos, pretendo ser cubierta de oro.

Y me embriagaré de nardos, de encinas y de mirra
con genuflexiones, manjares y vinos
para saber si puedo en un corazón que me admira
usurpar entre risas los homenajes divinos.

Y cuando me harte de esas farsas impías
posaré sobre él mis manos suaves y vigorosas
y mis uñas, iguales que las uñas de las arpías
sabrán abrirse camino hasta el fondo de su corazón.

Y como una joven ave temblorosa y palpitante
arrancaré de su seno ese corazón enrojecido
para que se sacie mi bestia predilecta
y con el desprecio al suelo arrojarlo".

Hacia el Cielo, donde su ojo un espléndido trono divisa
el sereno poeta eleva sus brazos piadosos,
y los vastos destellos se su espíritu lúcido
le impiden ver a las turbas enfurecidas.

"Seas tú, bendecido, mi Dios, que prodigas sufrimiento
como un divino remedio a nuestras impurezas
y como la mejor y la más pura esencia
que dispone a los fuertes a los sagrados goces.

Sé muy bien que has reservado un lugar al poeta
en las filas bienaventuradas de las santas legiones
y que lo has invitado a las eternales fiestas
de los tronos, las virtudes, y de las dominaciones.

Sé muy bien que el dolor es la única nobleza,
que jamás morderán la tierra y los infiernos
y que para trenzar mi corona mística
necesita de todos los tiempos y todos los universos.

Pero las joyas perdidas de la antigua Palmira,
los ignotos metales, las perlas del mar,
por tu mano engarzadas, no podrán bastar
a esta bella diadema tan deslumbrante y clara.

Pues no será hecha sino de pura luz,
arrancada a ese sagrado hogar de rayos primigenios,
y donde los mortales ojos, en su esplendor entero
son apenas oscurecidos y quejumbrosos espejos".




de Las Flores de Mal, espero que lo hayan leído todo

3 comentarios:

Anónimo dijo...

aca esta tu maldita firma.
un abrazo querida

el desconocido

Anónimo dijo...

no me gusta la poesía
pero vos sos lo más (L)-

SoyFacus dijo...

Me gusta ese poema, gracias por compartirlo.

Saludos!